¿Quién se llevó mi queso?

Reflexión: ¿QUIÉN SE LLEVÓ MI QUESO?

Esta obra trata de enseñarnos que no tenemos que tener miedo al cambio, si no sacarle el mayor provecho posible e intentar adaptarnos.

Muchas veces dejamos ir millones de oportunidades por la comodidad en la que estamos acostumbrados a vivir, las mismas costumbres, los mismos lugares, etc. Probablemente al no intentar cosas distintas, nos estamos perdiendo de algo mejor de lo tenemos.

El explorar e intentar buscar mejor opciones de donde tengamos para escoger, nos vuelve más perseverantes, motivas y optimistas. El temor, la comodidad y la negatividad son nuestros peores enemigos cuando intentamos salir adelante y ser mejores cada día.

Es normal a veces tener “miedo de caernos sin haber empezado a caminar”, todos tenemos miedo en algún momento a las cosas o situaciones que no conocemos, pero experimentado constantemente, sabremos qué es lo que de verdad buscamos y a lo que mejor podemos adaptarnos que nos convenga y sea un completo beneficio para nosotros.

El arriesgarnos nos ayuda a distinguir entre las cosas buenas y malas, de esta manera no podremos equivocarnos a la hora de escoger entre muchas opciones y buscar lo mejor; por algo dicen “el que no arriesga no gana” y por el contrario puede perderse muchas oportunidades mejores.