"Láser en Odontología"
LÁSER EN ODONTOLOGÍA
La aplicación del láser
en Odontología debe basarse en el conocimiento de una serie de procesos físicos
y biológicos que dependen de diversos factores. Cada tipo de láser emite
energía luminosa con una única longitud de onda; es, por tanto, una luz monocromática.
En función de la
longitud de onda del láser y dónde se aplique se podrán producir diferentes
fenómenos ópticos. La luz láser, al igual que la luz visible, cumple todos los
principios básicos de la óptica: transmisión, reflexión, refracción y absorción.
La energía lumínica que producirá el o los efectos sobre los tejidos irradiados
será aquella que sea absorbida, es decir, aquella que libere su energía.
Los fenómenos de
absorción dependen básicamente de dos factores: la longitud de onda del láser y
las características ópticas del tejido que debe ser irradiado.
La cavidad bucal
contiene tejidos muy distintos entre sí; por tanto las características ópticas
de los tejidos que la conforman no van a tener el mismo comportamiento cuando
sean irradiadas con la misma longitud de onda. Es decir, podríamos necesitar
una longitud de onda diferente para cada uno de los tejidos que hay en la
cavidad bucal. Cuando con el mismo láser irradiamos dos tejidos diferentes, los
efectos que se producen también serán diferentes.
De igual modo, cuando
aplicamos diferentes longitudes de onda sobre el mismo tejido, el
comportamiento de la luz tampoco va a ser igual. Es decir, diferentes láseres
producen efectos distintos sobre el mismo tejido.
Hay que tener en cuenta
que cada láser solo va a emitir en una única longitud de onda y que por lo
tanto podremos obtener diferentes efectos sobre los tejidos tratados.
Las unidades emisoras de
energía láser permiten variar algunos parámetros relativos a la cantidad de
energía liberada por unidad de tiempo, o lo que es lo mismo, la potencia.
Las piezas de mano que
nos van a facilitar el transporte de la energía hasta el tejido diana suelen ir
provistas de una óptica que nos permitirá, en función de la distancia de
aplicación, concentrar o repartir la energía láser en una menor o mayor
superficie de aplicación.
Así pues, cuando estamos
aplicando una determinada cantidad de energía por unidad de tiempo, en una
superficie pequeña obtenemos mayor densidad de potencia que cuando la aplicamos
a una superficie mayor. La densidad de potencia determinará diferentes efectos
sobre el mismo tejido.
Para entender los
procesos ópticos que rigen el comportamiento de los láseres es necesario
introducirse en el conocimiento de la Física. No es la intención de este
artículo explicar cómo se producen, sino tan sólo comentar las aplicaciones de
dichos procesos en los tratamientos odontológicos más habituales.
CLASIFICACIÓN
DE LOS LÁSERES:
Los láseres son
susceptibles de ser clasificados de múltiples formas. Pueden clasificarse en
relación a su medio activo, según sea su longitud de onda, forma de emisión u
otros criterios, pero quizás la forma más habitual de clasificarlos es
atendiendo a la potencia a la cual van a ser usados.
Así pues, es frecuente
referirse a dos grandes grupos de láseres:
• Láser de baja potencia.
• Láser de alta potencia.
Los láseres de baja
potencia son aquellos que van a ser utilizados, principalmente, por su acción
bioestimulante, analgésica y antiinflamatoria.
Los láseres de alta
potencia serán aquellos que producen efectos físicos visibles, y que se emplean
como sustitutos del bisturí frío o del instrumental rotatorio convencional.
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